EL AGUA EN LAS MARISMAS
EL AGUA EN LAS MARISMAS José Matías González Arteaga El pasado de la marisma ha estado unido íntimamente al agua. Desde Avieno, que en el año 400 d. de C. recopiló en su poema “Ora Marítima” los viajes realizados por griegos y romanos por el Mediterráneo, haciendo una descripción muy detallada del lago Ligur (“Lacus Ligustinus”), hoy convertido en marismas, hasta el momento actual, en que buena parte de ellas han sido ganadas por el hombre y puestas en cultivo, han pasado de mar a “lago”, a fangal imposible de surcar y, finalmente, a terreno encharcadizo. En los albores de los tiempos, el río Guadalquivir terminaba en un lago interior o estuario que se comunicaba con el océano propiamente dicho por varias bocas que cortaban la duna. En esta época Lebrija, Las Cabezas de San Juan, Coria del Río, etc., eran ciudades situadas sobre la c