EL RÍO
Hace unas horas se ha producido el solsticio de verano (el día más largo del años y la noche más corta; desde mañana ya comienzan a acortarse los días y a alargarse las noches), y con él vuelvo a la nostalgia y al atractivo recuerdo de nuestro río, de sus aguas de sus mareas, de nuestros baños –diurnos y nocturnos-, y caigo que ese Guadalquivir inmenso están mis raíces y, espero, mi final. Tan es todo así que, hace ya hace unos años escribí sobre todo ello, y que denominé mis reflexiones con un nombre que no podía ser otro que”EL RÍO”. Que lo leáis y os lleve a sentir las mismas sensaciones que yo al escribirlo. EL RÍO Tartessos, Betis, Guadi-Alquivir, Guadalquivir. Nombres míticos, históricos, familiares para la gente de La Puebla, que sabe de la existencia de embarcaciones fenicias, griegas, romanas, normandas y musulmanas surcando las aguas del “río grande”; y cómo ya, en el siglo XV, una vez